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18 de noviembre de 2024

En un escenario de tensiones comerciales y protestas, el comercio hortofrutícola entre España y los países del Mercosur –compuesto por Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay– revela una balanza comercial altamente desfavorable para España.

Hasta agosto de 2024, según un informe de FEPEX, las exportaciones de frutas y hortalizas frescas hacia el Mercosur se valoraron en 39 millones de euros, mientras que las importaciones ascendieron a un considerable 149 millones de euros. Estos datos muestran una clara dependencia de España de los productos hortofrutícolas de la región suramericana y plantean interrogantes sobre el futuro del acuerdo comercial entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur, que ha generado intensas protestas en los últimos días.

El balance comercial entre España y Mercosur: un déficit creciente
Exportaciones limitadas y en descenso hacia Brasil y Argentina

Hasta el mes de agosto, España exportó 31.979 toneladas de frutas y hortalizas frescas a los países del Mercosur, alcanzando un valor total de 38,7 millones de euros. De estas exportaciones, Brasil es el mayor receptor, con 26.253 toneladas valoradas en 35,4 millones de euros, lo que supone un incremento del 3% en valor, aunque la cantidad exportada cayó un 28% en comparación con el mismo período del año anterior.

Las exportaciones hacia Argentina sumaron 1.548 toneladas, valoradas en 2 millones de euros, un 24% menos en valor y un 28% menos en volumen. En el caso de Uruguay, las exportaciones fueron de 1.858 toneladas con un valor de 1,2 millones de euros. En cuanto a Paraguay, no se registraron exportaciones.

Importaciones en aumento: España depende de los productos de Mercosur

Por el lado de las importaciones, España compró un total de 107.537 toneladas de frutas y hortalizas frescas de los países del Mercosur entre enero y agosto de 2024, con un valor de 148,6 millones de euros. Brasil es también el principal proveedor de estos productos para España, con 88.746 toneladas, que representaron un incremento del 5% en volumen y un valor de 125,6 millones de euros, también un 5% más que el año anterior.

Las importaciones desde Argentina totalizaron 16.460 toneladas, equivalentes a 21,3 millones de euros, con una notable caída del 42% en volumen y del 25% en valor. Uruguay, por su parte, exportó a España 2.164 toneladas, por un valor de 1,6 millones de euros, lo que representó una caída del 33% en volumen y del 44% en valor. Las importaciones desde Paraguay fueron menores, alcanzando 167 toneladas y un valor de 159.000 euros, lo que implicó descensos del 29% y 17%, respectivamente.

La oposición al acuerdo UE-Mercosur: una barrera en las negociaciones comerciales
El rechazo de agricultores y Estados miembros

El comercio entre la UE y Mercosur ha sido motivo de protestas y tensiones políticas en la Unión Europea, en especial ante la inminente cumbre del G-20 en Río de Janeiro, prevista para el 18 y 19 de noviembre, donde se espera que se retomen las conversaciones sobre el acuerdo. Agricultores de diversos Estados miembros se manifestaron en Bruselas el 13 de noviembre, en rechazo al acuerdo, argumentando que la apertura de los mercados podría generar un impacto negativo en la sostenibilidad y la rentabilidad de los sectores agrícolas de la UE.

Desde 2019, año en que se alcanzó el acuerdo preliminar, diversos sectores e instituciones han expresado su rechazo. En octubre de 2020, el Parlamento Europeo aprobó una enmienda en contra del acuerdo, argumentando los perjuicios medioambientales que podría conllevar. Francia ha sido uno de los países más firmes en su oposición, con el primer ministro Michel Barnier reafirmando recientemente la negativa del país a apoyar el acuerdo en sus términos actuales. Otros países, como Países Bajos y Alemania, se han unido al rechazo, con el parlamento neerlandés votando en contra en junio de 2022 y Alemania mostrando su oposición en septiembre del mismo año.

La postura de España: apoyo constante al acuerdo

En contraste, España ha sido un firme defensor del acuerdo entre la UE y Mercosur desde que se alcanzó en 2019. Autoridades españolas, tanto del Ministerio de Agricultura como de la Secretaría de Estado de Comercio, han manifestado en numerosas ocasiones su apoyo, resaltando los beneficios potenciales para sectores clave de la economía española, incluyendo el sector hortofrutícola. España sostiene que el acuerdo podría fomentar la competitividad y abrir nuevas oportunidades para los exportadores, aunque estos aún representen una fracción minoritaria en el comercio actual.

Impacto del acuerdo en el sector hortofrutícola español
Oportunidades y desafíos para los exportadores

El acuerdo entre la UE y Mercosur contempla la eliminación gradual de aranceles, lo que potencialmente mejoraría el acceso de productos hortofrutícolas españoles a los mercados de América del Sur. Sin embargo, la realidad es que el comercio con Mercosur representa una porción limitada del total de exportaciones hortofrutícolas de España, que está más centrado en los mercados europeos y en algunos destinos de Oriente Medio y Asia.

El potencial de crecimiento de las exportaciones españolas a Mercosur dependerá en gran medida de la demanda en estos países y de la capacidad de los exportadores españoles para competir en un mercado con costes logísticos elevados y condiciones fitosanitarias estrictas. Además, el acuerdo plantea el desafío de competir con productos locales y de otros países vecinos que ya abastecen el mercado suramericano.

Riesgos para la producción local: ¿Cómo afectará el aumento de importaciones?

Por el lado de las importaciones, el acuerdo podría intensificar la entrada de productos a precios más bajos, lo que preocupa a los productores locales, quienes temen que sus cultivos no puedan competir con los precios de los productos sudamericanos. La entrada de productos de países con normativas fitosanitarias y medioambientales menos estrictas también es motivo de preocupación, ya que puede llevar a una desventaja competitiva para los agricultores europeos.

Conclusión: el futuro incierto del acuerdo UE-Mercosur

A medida que la fecha para la posible firma del acuerdo entre la UE y Mercosur se acerca, la incertidumbre y la división dentro de la Unión Europea se hacen más evidentes. Por un lado, los países que apoyan el acuerdo, como España, abogan por los beneficios potenciales para los sectores exportadores. Por otro, los sectores agrícolas y algunos Estados miembros sostienen que la apertura del mercado representa riesgos ambientales y económicos que podrían afectar la sostenibilidad del sector agrario europeo a largo plazo.

Las cifras actuales de importaciones y exportaciones de frutas y hortalizas entre España y Mercosur dejan claro que, a pesar del bajo volumen de exportaciones a la región suramericana, el incremento en las importaciones y el déficit en la balanza comercial son factores de peso que podrían influir en la postura final de España ante el acuerdo.